¿Qué dice el contrato que Pfizer firmó con Brasil?, por Santiago Gómez

El ministerio de salud brasilero publicó en su página el contrato con la reconocida compañía. Pago anticipado sin compromiso de entrega en fecha pautada. Perdida de inmunidad soberana del Estado, pudiendo embargar el laboratorio hasta al Banco Central. Jurisdicción en Nueva York para tratar conflictos. La empresa no se hace responsable de indemnizar a nadie por efectos adversos de la vacuna.

Por Santiago Gómez
Desde San Pablo

El ministerio de salud brasilero publicó en su sitio web el contrato con el laboratorio norteamericano Pfizer para la compra de vacunas contra el Covid-19, a pesar de la cláusula de confidencialidad. Advertido, la cartera bajó el archivo de la página. Por ley el Estado brasilero en todos sus niveles debe publicar los contratos que firma. El contrato establece que la vacuna aún no pasó la fase 3, que Pfizer no sabe cuándo va a entregar, que no puede ser penalizada si no cumple con plazos anunciados, que no se hará responsable por cualquier efecto adverso en los pacientes por las vacunas, que cualquier diferencia jurídica deberá resolverse en los tribunales de Nueva York y que para eso el Estado debe renunciar a la inmunidad soberana de todos sus organismos, incluso del Banco Central, en caso de que tenga una sentencia condenatoria.

El miércoles 7 de abril, el medio Folha de São Paulo informó que el Ministerio de Salud violó la cláusula de confidencialidad del contrato firmado el día 18 de marzo de 2021 entre el Estado brasilero y Pfizer. El ministerio bajó la publicación pero el contrato fue publicado por Apolinário Passos, un desarrollador que creó una plataforma virtual en el que se puede acompañar la cantidad de vacunas aplicadas, disponibles, en producción, contratadas, en negociación y dosis prometidas. Conforme informó la periodista Mónica Bergamo, Folha tuvo acceso a un correo electrónico que le envió Pfizer a Passos para que baje la copia del contrato de su portal. El contrato aún está disponible en internet.

Entrega de vacunas que no sabemos si funcionan y quién sabe cuándo

En el contrato que firmaron el Estado brasilero y Pfizer, el laboratorio asume que hará “Esfuerzos Comercialmente Razonables” para la entrega de vacunas. Según el propio contrato este tipo de esfuerzos son realizados para alcanzar “un objetivo semejante a su interés comercial bajo circunstancias semejantes y considerando los riesgos relevantes, incertidumbre, límites y desafíos del desarrollo, fabricación, comercialización y distribución de un nuevo producto de vacuna de Covis-19, considerando los siguientes factores: cuestiones reales y potenciales de seguridad y eficacia, novedad, perfil del producto, la posición de exclusividad, el entonces actual ambiente competitivo para tal producto, el ambiente regulador y situación del producto”, entre otros, así como la capacidad para producirlo y obtener los productos necesario para ello. Esto quiere decir que Pfizer no sabe cuándo entregará conforme la situación actual y que una variable a ser considerada al momento de la entrega es si tienen la exclusividad del producto en el mercado.

Además, Pfizer le exigió al Estado brasilero que reconozca y concuerde con los esfuerzos del propio laboratorio para desarrollar y fabricar la vacuna, así como también que al momento de la firma del contrato “las partes reconocen que el producto concluyó la Fase 2b/3 de ensayos clínicos y que, a pesar de los esfuerzos de Pfizer en investigación, desarrollo y fabricación, el producto puede no ser bien sucedido en virtud de desafíos o fallas técnicas, clínicas”. El contrato se firmó en marzo de 2021 y Pfizer reconoce que no había superado la fase 3, mientras diversos medios de comunicación en el mundo informaron lo contrario desde noviembre del año pasado.

Delante de la tragedia que vive el mundo, Pfizer le exigió a un país en el que ya murieron más personas por coronavírus que las 349.784 que fallecieron por HIV en 40 años que tiene la serie histórica, que no podrán procesar al laboratorio ni a ninguno de sus asociados por cualquier falla o efecto adverso que la vacuna pueda causar.

Pedidos de compra

El contrato que el gobierno brasilero firmó con Pfizer establece que a los cinco días de firmado el acuerdo el Estado debía hacer un pedido de compra irrevocable de 100.001.070 dosis, por un valor de US$10 cada una. Brasil debió hacer un pago anticipado del 20% por US$ 200.002.140 a los diez días de firmado el contrato. El contrato total es por US$1.000.010.700. Pfizer establece que emitirá una factura 60 días antes de la fecha prevista de la entrega, que puede no cumplirse. Brasil debe pagar diez días antes de la entrega del lote el total a recibir o 30 días después de la emisión de la factura, lo que suceda primero. Es decir, un gran negocio financiero. “En circunstancia alguna Pfizer estará sujeta o será responsable por cualquier penalidad por atraso en la entrega”, establece el contrato.

Sobre registros legales y regulaciones

“Antes de la entrega Pfizer cumplirá todas las condiciones (en los plazos relevantes) definidas en la autorización; sin embargo, el comprador concederá, u obtendrá en nombre de Pfizer, todas las insenciones, exenciones, excepciones y renuncias de exigencias específicas del país apara el producto concedidas o permitidas por la Autoridad Gubernamental (incluyendo, entre otros, serialización, test de calidad o de laboratorio aplicable y/o sumisión a formulario de informaciones de comercialización y aprobación), exigencias estas que, ausente de exención, excepción o renuncia, impedirán a Pfizer de entregar y liberar el producto en Brasil (…). Pfizer será integralmente responsable por definir los locales de fabricación y test y conducirá los test de acuerdo con la Autorización. Pfizer no concordará con solicitaciones de tes locales o solicitaciones de protocolos de liberación de lotes o pedidos de muestras de registros en este contrato”. Citamos un párrafo extenso del contrato para mostrar como Pfizer no permite siquiera cualquier tipo de evaluación de producto a las autoridades locales, siendo que Brasil produce vacunas como la Coronavac.

Indemnización y renuncia a la inmunidad soberana

En el punto 8 del contrato, que refiere a indemnizaciones, Pfizer exige del comprador que la libere, así como a BioNTech y cada una de las partes, de tener que pagar cualquier tipo de indemnización por cualquier cuestión que involucre la investigación, desarrollo, fabricación, distribución o aplicación de la vacuna. Pfizer asume que contratará un seguro pero simplemente para cubrir el normal funcionamiento de su actividad, pero que bajo ningún aspecto el laboratorio se hará responsable de cualquier consecuencia por la aplicación de la vacuna.

Ante cualquier litigio que surgiere entre Pfizer y el Estado parte, en este caso el brasilero, Pfizer exige que las diferencias legales se resuelvan en los tribunales de Nueva York y que el “Estado brasilero expresa y irrevocablemente renuncia a cualquier derecho de inmunidad que este o sus activos puedan tener o adquirir en el futuro (a título de inmunidad de soberanía o cualquier otra forma de inmunidad), incluyendo cualquier activo controlado por cualquier agencia, autarquía, Banco Central o autoridad monetaria de Brasil, en relación a cualquier arbitraje o cualquier otro proceso judicial instruido para homologar o ejecutar cualquier decisión, despacho o sentencia arbitral, o cualquier composición en conexión con cualquier arbitraje, sea en Brasil o en cualquier otra jurisdicción extranjera, incluyendo, entre otros, inmunidad contra citación, inmunidad de jurisdicción, o inmunidad contra juzgamiento proferido por una corte o tribunal, inmunidad contra decisión ejecutoria e inmunidad contra aprensión cautelerar de cualquiera de sus activos”.

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